Coincidimos durante el Evento
Regional Martiano “El Camino del Corazón”. No se separaba de su guitarra y
recuerdo que al escucharlo cantar pensé al instante: “un verdadero genio de
pueblo”. No sospechaba lo que su historia podía guardar, hasta que decidí
entrevistarlo.
Su nombre es Alfonso Gutiérrez
Gonzáles. Su alias “Pachango”. El porqué de este curioso apelativo es mi
primera pregunta. “Porque nací en una fecha en los años 60, en el 62 cuando se
hizo popular algo que decía “Mamita que Pachanga, me voy pa la Pachanga”. Yo
era mellizo con una hermana que falleció recientemente y ella me dijo: Vamos a
ponernos Los Pachangos. Eso parece
que venía en la sangre porque toda mi familia es artista. Y así, desde chiquito
empezaron a llamarme Pachango y se me quedó”.
¿De dónde proviene ese interés
por la música? “En mi casa, que era la casa de mi abuela, había muchos
instrumentos. Mi mamá tocaba el tres, tocaba maraca, cantaba. Mi papá también
cantaba, mis tíos. Y entonces mis hermanos y yo nos inclinamos también por ese
mundo”.
“Escogí la guaracha porque yo
veía que mi mamá cuando estaba sola, cantaba y hacía parodias, le inventaba
alguna cosita, como una gracia. Y eso siempre me llamó la atención, aunque
nunca sospeché lo que me traería más adelante. Mis otros tíos y mi papá ya si
cantaban y tocaban la guitarra. Así yo aprendí, mirándolos.”
Cuando estudiaba y estaba becado,
iba mucho a los festivales de pioneros, de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza
Media. Siempre como trovador por los deseos de cantar. Competir nunca me
interesó; lo hacía para que mi alma estuviera bien y se sintieran bien los
amigos. Ya con los años vinieron logros en otros festivales, con el grupo “Los
Astros”.
En el año 1984 alcanzaron el gran
premio en el Festival Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba, que tuvo
una gran repercusión. Luego se incorpora, con esta misma agrupación a la vida
profesional, hasta el año 2012. Fue entonces que por un problema auditivo, tuvo
q ceder un poco a no tocar más instrumentos que le afectaran.
Por ello, hoy tiene como reto
continuar trabajando como Promotor cultural, pero hace función además como
Instructor de Arte, con niños y jóvenes de diferentes edades, con jóvenes de
los Camilitos, de Ciencias Médicas, de Secundaria y Preuniversitario. Pero
además trabaja con la Escuela Especial en un proyecto llamado “Espagoda”,
término que refiere la unión entre la estalagmita y la estalactita. “Escogemos
a los niños con Síndrome de Down y otras afecciones para organizar un solo
proyecto que integre a los discapacitados”.
¿Y Palmas y Cañas? “Bueno,
ocasionalmente pasé por el Programa, cuando se celebraba el Festival “Eduardo
Saborí”. Me habían invitado y a un compañero se le presentó una situación, y me
presenté en su lugar. Lo hice no con la intención de competir, ni de alcanzar
ningún lugar. Pero parece que lo que hice les gustó, y la obra “Sueño de Wifi”
fue escogida entre las finalistas al Festival en la parte Oriental”.
El guajiro proverbial,
dicharachero, guarachero mayor como lo llama un colega, es símbolo del arte
popular de Contramaestre. Pero me atrevo a decir que Cuba y su cultura de macro
aldea cultural le debe mucho a Pachango. Él también, desde su modestia
soberbia, lo cree, pero no es lo que lo motiva, sino el arte que inspira el
vuelo agitado y los sentidos desordenados. Esa que es la verdadera creación
humana.
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