sábado, 28 de abril de 2018

Un monumento en El Platanal

El pasado 16 de Abril se conmemoraron 60 años de los sucesos de El Platanal, sitio cercano a la comunidad de La Posa en el poblado Matías, Tercer Frente. Un triste suceso de nuestra mitología histórica acontecido en 1958, poco antes del triunfo revolucionario del 1ro de enero. Hasta allí he llegado en dos ocasiones, para ascender la escalinata y admirar el obelisco de la cúspide, coronado por la estrella "que ilumina y mata". 
Un grupo de jóvenes de entre 16 y 19 años se encontraban en el lugar conocido como El Platanal, muy cercano a La Posa, cerca de la Carretera Central. Eran integrantes del Movimiento 26 de Julio y del Ejército Rebelde. Su misión allí era impedir el avance de las tropas enemigas para proteger las posiciones del Ejército en la Sierra Maestra.
También en Caimitón, Los Negros y otros sitios se hallaban posiciones insurgentes. En ese lugar fueron delatados por sus propios compañeros y fueron sorprendidos por aire y tierra. Una avioneta de la tiranía batistiana ametralló la zona y perecieron 16 guerrilleros. 
Los cuerpos sin vida fueron tendidos sobre la carretera, como una especie de escarmiento y advertencia a los insurgentes de que depusieran las armas. 
Sobre las 3 de la tarde los cadáveres fueron trasladados en un camión hasta Baire. Allí son enterrados en una fosa común. Los campesinos que habían sido obligados, a punta de fusil, a trasladar los cuerpos sin vida de los caídos en El Platanal eran convidados ahora por la soldadesca a delatar las otras posiciones rebeldes. Ante la negativa fueron hechos prisioneros durante 6 meses.
El obelisco que hoy perpetúa la historia de los 16 jóvenes "escopeteros" fue erigido entre los años 1975 y 1976 por decisión del Comandante Juan Almeida Bosque. Fue él el diseñador del monumento, y fue realizado por jóvenes voluntarios de Tercer Frente. Dirigiendo la obra estuvo el compañero Ibrahín Román del poblado de Filé.
En ocasión del 90 cumpleaños del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el año 2016, fue sembrado un caguairán que hoy adorna con tímidas ramas la cima de la colina de El Platanal.
El verdor de las plantas acompaña la limpieza y frescura del marmol, y la escalinata conduce al obelisco, símbolo de la entrada en la eternidad y a la cima del panteón de los héroes de nuestra mitología histórica.


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