A propósito del artículo
compartido por el colega Arnoldo Fernández, editor del blog Caracol de Agua de
la autoría del periodista y escritor ya desaparecido Lisandro Otero sobre la
muerte de Isaac Babel, y sus consiguientes comentarios, me atrevo a convertirme
hoy en contraparte de los habladores.
El simple hecho de la
caída en desgracia y la persecución sobre Isaac Babel obedeció a una época de
oscurantismo sin precedentes en la historia de la Unión Soviética.Lisandro Otero |
La persecución y la
cacería de brujas, unidas al desentendimiento entre intelectuales, cultura y
arte al servicio de la sociedad en franco combate a la política cultural en
función de los intereses del poder, conllevaron a las purgas más sangrientas
vistas por un país socialista, al punto que muchos vieron en el socialismo la
degeneración, la perversión de todos los sueños de justicia, la corrupción del
ideal de libertad y la vida de tantos intelectuales, la piedra angular que
sostiene la ideología de cualquier país.
Sin embargo, ese volver
sobre los pasos manchados de la historia es saludable para evitar caer
nuevamente en los predios del abismo. No para continuar atacando a un país
desde el pasado, desde los errores. El socialismo de nuestro siglo puede no ser
perfecto, y eso es porque aún se colocan las piedras. Pero no somos los únicos
que cometemos errores en nombre de la política.
No me gustan las
comparaciones, porque ninguna realidad, por alterna que pueda parecer es igual
en cualquiera de las dos orillas. Utilizaré algunos fragmentos de un texto
también de Lisandro Otero para ejemplificar mi tesis.
El texto titulado “Harold Pinter, Premio Nobel” se refiere a algunos escritores galardonados con el
Premio Nobel de Literatura alrededor del mundo. Algunos lo merecían
sinceramento, no por su postura política, sino por la calidad de su pluma. Sin
embargo, a lo largo de la historia, la política reaccionaria continuó mediando,
y parecía más un premio al mérito político en función de los males de la
humanidad que a la trayectoria y glorias literarias.
Escritores como Vidia
Naipaul, ultraconservador y pro-colonialista, antimusulmán y severo crítico del
Islam, homofóbico y racista, recibió este galardón de la Academia Sueca.
Un hombre que se ha
atrevido a culpar a los colonizados de los atropellos cometidos por sus
colonizadores, porque los primeros son más corrompidos que los segundos, y por
ello se merecen todas sus miserias.
Camilo José Cela, conocido
soplón de los órganos represivos de la dictadura de Franco en España, censor de
publicaciones, crítico de Federico García Lorca por sus preferencias sexuales,
acusado de plagiar una novela de Carmen Formoso, declararía tras recibir el
Premio Nobel que no le interesaba el Premio Cervantes porque después de recibir
el Nobel era como darle el título de conde a un rey.
“Jean Paul Sartre rechazó
el Premio Nobel porque no quería ser olvidado por la historia, destino
obligado, según él, de todos aquellos que permiten se le erijan estatuas
mientras viven.”
No somos los únicos que
cometemos errores. Digo más, como mismo no se puede tener la verdad absoluta,
tampoco se puede estar del todo equivocado. No obligo a nadie a pensar como yo,
puedo demostrarte que tus ideas y criterios entran en contradicción con las
mías, pero no pretendo, como dice Buena Fé que desfilen por todas las líneas de
mi pensamiento.
Propongo para terminar un
texto vital sobre el intelectual comprometido en las revoluciones y las
sociedades en general, del propio Lisandro Otero, titulado “Arthur Koestler y la desilusión de la utopía”. Y luego conversamos...
*HaroldPinter, Premio Nobel
** Arthur Koestler y la desilusión de la utopía
*HaroldPinter, Premio Nobel
** Arthur Koestler y la desilusión de la utopía
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