lunes, 3 de septiembre de 2018

Una Campeona en silencio

Por Javier Labrada García
Cuando me hablaron sobre la protagonista de estas líneas nunca se me ocurrió pensar la inmensa historia detrás de sus 13 años. El mundo la presenta como un logro deportivo, pero para mi, luego de conocer los detalles, es mucho más. Mis pasos se encaminaron una mañana de julio hacia su hogar en el poblado de Matías. Allí conocí a Eva Mairelis Martínez y esta es su historia a dos voces.



Su hogar es tan humilde como sus habitantes. Si al llegar a Matías pregunta por Evita, cualquiera sabrá darle la dirección. Sus padres me reciben con una sonrisa en la que adivino el sabor de un triunfo, que se ha conseguido escalando sobre las dificultades.Odalis Bicet, madre de Evita y trabajadora del INDER es la primera en hablar. “Mi niña tuvo un nacimiento algo brusco. Nació a los 6 meses de embarazo, en un parto extrahospitalario”.
A raiz de este nacimiento hizo una bronconeumonía bacteriana y se quedó sin temperatura corporal. Estaba muy crítica, además de que tuvo un peso muy bajito, una libra.


Primeros días de vida de Evita
En el Hospital de Contramaestre “Orlando Pantoja” la ingresan en Neonatología, donde permanece por dos meses y 17 días. Se pasó 3 días para recuperar la temperatura corporal. Allí, teniendo en cuenta la gravedad de su caso, le administran Amikacina, un medicamento muy fuerte, pero necesario en aquel momento.
Eva Mairelis se recupera y comienzan sus primeros años de vida. Pero extrañamente no hablaba y se comunicaba por señas rústicas. “El papá manejaba un carro y ella desde pequeñita cuando lo veía se ponía como loca, contenta. Pero él llegaba a veces, estando las dos solas y la llamaba, y ella no reaccionaba. A raíz de eso nos dimos cuenta que la niña no oía”, explica Odalis.
Todos los meses Evita tenía consulta en Neurodesarrollo en Santiago de Cuba. El médico que recibe su caso las remite con la Audióloga. Allí le hacen todos los análisis pertinentes para detectar el grado de afectación.
En la escuela Primaria
Es ahí donde la doctora descubre que, como un efecto secundario del medicamento administrado, la Amikacina, Eva Mairelis padece una Hipoacucia Neurosensorial Severa Bilateral Profunda, o sea, que es sorda de los dos oídos.
“Nos mantenemos en la consulta cada 15 días, luego cada dos meses. La doctora entonces decide, por las pruebas que iba haciéndole, ponerle unas prótesis, para ver si con ellas podía sustituir el implante coclear”, asegura la madre.
Con ellos Evita empieza a oir las primeras palabras. Más tarde comienzan a entrar al país las prótesis digitales, que son más potentes. Esas son las que actualmente tiene, y según nos cuenta Odalis no quiere quitárselas ni para dormir.
Su padre, Rolando Martínez de la Cruz, toma entonces la palabra para hablarme del momento exacto en el que el deporte se cruzó en el camino de Eva Mairelis. “Ella comenzó a practicar el ajedrez con la compañera que atiende discapacitados en el Combinado Deportivo de Matías. Pero yo me percaté que eso no era lo suyo”, afirma.
Un día vinieron a hacer una prueba unos compañeros de la EIDE de Santiago de Cuba, y entre ellos la profesora Neudis, que atiende por la academia el atletismo para discapacitados. “Cuando vio la estatura de la niña y el físico, le hizo la prueba de Atletismo y dijo: Hay que trabajar con esta niña porque tiene perspectiva para los Juegos Nacionales”, nos cuenta su padre.
Ahí empieza el déficit de profesores que pudieran trabajar con ella para ayudarla con la base técnica de este deporte. “Entonces la compañera Célida, que le agradecemos mucho porque nos ha ayudado con la niña, empezó los entrenamientos. Aunque su trabajo no le permitía estar todo el tiempo con la niña, supo sacar días de sus vacaciones para trabajar con Evita”, asegura.
Su padre también puso su grano de arena en esta nueva etapa de la vida de Eva Mairelis. “Yo tenía que llevarla dos sábados al mes a Santiago con los profesores de la Academia. Estando al lado de ellos yo veía lo que hacían, los ejercicios, el ABC. Cuando íbamos aquí al campo de pelota a prepararla, su entrenador entonces era yo”, asegura Rolando.
Las tres Medallas de Eva Mairelis
Me comenta además que él mismo fue aprendiendo y buscando información. Veía en la televisión cómo entrenaban los atletas, creaba medios para que la niña ganara en fuerza y así fueron preparándose, a veces bajo el sol o la lluvia en el campo de pelota.
El año pasado alcanzó los primeros lugares en las competencias provinciales. Ya a inicios del 2018 participa por primera vez en la competencia nacional. Alcanza la medalla de bronce en los 80 metros, la medalla de plata en los 250 metros y la medalla de oro en el lanzamiento de la pelota.
“Eso me llenó de alegría y de emoción. Dije: “Bueno, nuestro trabajo no ha sido en vano, seguiré luchando con ella”, asegura con orgullo su padre.
Su madre, Odalis, no puede dejar de sellar nuestra conversación con un mensaje de agradecimiento. “Yo quiero agradecer por la salud de mi niña en el Hospital de Contramaestre al personal de Neonatología, aunque algunos no están allí en este momento, especialmente al doctor Pachi, y en el Hospital de Matías al pediatra Geovanis Martínez, que desde que nació mi niña hasta el momento es quien ha velado por su salud, y a todo el pueblo de Matías”.
Agrega además: “Quiero hacerle llegar a las madres y padres, de este municipio fundamentalmente, que tengan niños con discapacidad, que se sumen, que luchen, que no los dejen en las casas, que los ayuden para que esos niños salgan adelante y se integren a la sociedad. Y que sí se puede”.


Eva Mairelis Martínez Bicet es, a mi juicio, una verdadera sobreviviente. Hoy cursa estudios en la Secundaria Básica del poblado de Matías. Ha demostrado que los sueños pueden transformarse en realidad por más pequeños que sean. Su sonrisa ante las palabras de sus padres no dejan salir el llanto, pero si el orgullo de sentirse por encima de su discapacidad y a tan temprana edad ya haber conquistado el cielo.

2 comentarios:

  1. Excelente artículo y mucha suerte en su carrera deportiva.

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  2. Muy buen artículo y un orgullo para nuestro municipio y para los padres que siempre creyeron en ella. Muchos exéxiten su carrera.

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