viernes, 17 de mayo de 2019

Radiografía de El Camino del Corazón (II)

Por Javier Labrada García
Hemos dejado detrás la comunidad de “Los Pasos”. El camino enlodado se hace presente en el trayecto. Nuestro transporte fuerza su paso sin ceder el terreno ganado. Para un escritor maníaco pareciera una batalla campal contra la Naturaleza. Los árboles retienen la marcha sobre el semiomnibus que nos conduce, tierra adentro, hacia el Anoncillo de Juán Barón. Supone una prueba más.
En el descanso final del cadáver de Martí (La Aduana)
A pie continuamos nuestra cruzada, por el campo virgen, indescifrable para los ojos inquietos, el caminante se enardece al paso casi unísono de la multitud, una multitud martiana que atraviesa tierras sagradas para nuestra historia. Llegamos a la amplia y fresca sombra del anoncillo.
Allí, 124 años antes, descansó el cadáver del Apóstol de Nuestra Independencia, José Martí, cerca del medio día del 25 de mayo de 1895. Arnoldo Fernández Verdecia, Periodista y Presidente de la Sociedad Cultural José Martí del municipio Contramaestre, nos explica que el Teniente Coronel Michelena, tras salir con el cadáver del Cementerio de Remanganaguas, hace un descanso en este sitio.


El camino hacia el Anoncillo de Juan Barón
Allí las opiniones se desatan para romper el silencio centenario. La necesidad de regresar, de hacer una travesía completa a pie, como antaño se hizo, experiencias de recorridos similares, la posibilidad de dignificar y señalizar la ruta martiana, una empresa posible.

En el Anoncillo de Juan Barón las opiniones se desatan



Y allí están los artistas que ponen ritmo a la tranquilidad del monte, la merienda para reponer el espíritu, el anoncillo como testigo mudo, pero no ausente, recordando su papel en el resguardo del más preclaro de los cubanos.
Desde este punto continuamos rumbo a La Aduana, detrás del barrio de Arroyo Blanco. El sol sobre nuestras cabezas viste de árido el terreno. Allí un pequeño monumento nombrado “El descanso del muerto”, resalta en el lugar donde el 25 de mayo de 1895, descansara por última vez el cadáver de Martí. ¿Qué hubiese pasado, si Quintín Banderas y su tropa, apostados en Arroyo Blanco, hubiesen emboscado a Michelena y hubiesen logrado rescatar el cadáver de José Martí?
En el Descanso del Muerto (La Aduana)



Aquí, nos dice Arnoldo, termina la Verdadera ruta Funeraria de José Martí. El compromiso de los jóvenes frente al blanco monumento al Héroe Nacional queda sellado y la emoción llena sus rostros. La misma emoción que captura el lente de la cámara. En solo un día hemos desempolvado la historia que Cuba olvida.

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