jueves, 16 de mayo de 2019

Radiografía de El Camino del Corazón (I)

Por Javier Labrada García
Como arqueólogos, tras el secreto mejor guardado de la humanidad (que no es poco), por caminos vírgenes al paso habitual, por donde el monte y sus criaturas se mezclan con el camino real, desempolvamos la verdadera ruta funeraria de José Martí. Sociedad Cultural, Movimiento Juvenil Martiano, artistas aficionados. Todos juntos en una cruzada que reescribe una página casi olvidada por nuestra historiografía.
Partimos desde el Cementerio de Remanganaguas, en el municipio Contramaestre, sitio que en el siglo XIX pertenecía a la parroquia de Palma Soriano. Aquí llegó el cadáver del Apóstol el 20 de mayo de 1895, a las 3 de la tarde y fue enterrado en una fosa común. Encima colocaron el cadáver de un sargento español.
Entrada al Cementerio de Remanganaguas


Nos cuenta Arnoldo Fernández, Periodista e Historiador de Contramaestre, que en aquellos años el cementerio no tenía cerca, muy pocos muertos enterrados en aquel lugar, por lo que los soldados españoles escogieron la parte final del cementerio para enterrar el cuerpo sin vida de Martí, en un intento también de obstaculizar la persecución de las fuerzas mambisas que, encabezadas por Máximo Gómez, pretendían recuperar el cuerpo.
Allí, una ofrenda floral a nombre de la Sociedad Cultural José Martí fue depositada a los pies del obelisco donde se puede leer, en negras letras sobre el mármol: “En este lugar recibió, por primera vez, cristiana sepultura el cadáver de nuestro Martí”. El monumento fue inaugurado oficialmente el 28 de enero de 1953.
El ritual de escuchar el Corazón de la Patria
El oído en tierra para sentir el latido del Corazón de la Patria dio un matiz de espiritualidad a un amanecer ya solemne. La tierra purificada con la savia del más preclaro de los cubanos observando a los Pinos nuevos reviviendo la historia. Guitarra en mano, los dedos nerviosos que hacen temblar las cuerdas y el coro que canta al hombre “hecho de fuego, sangre y sudor”.

12 Kilómetros y medio nos separan de Arroyo Blanco, en Palma Soriano. Al dejar el cementerio a los cruzados nos queda la certeza que nada nos detiene, como si el espíritu de Martí hubiese comprendido la necesidad de nuestra misión en la tierra Santa.
Llegamos a Los Pasos. Allí la comunidad reunida nos acoge entre música, bailarinas españolas, presentaciones de libros. Alfonso Gutiérrez “Pachango”, canta “La Wi-Fi” y el público corea su picardía. La Sociedad Cultural José Martí realiza un donativo de volúmenes vinculados al Héroe Nacional dirigido a las bibliotecas de las escuelas de la Ruta Martiana. Una verdadera mesa, más que cubana, campesina, cargada de frutas nos anima a seguir el camino.




Alfonso Gutiérrez “Pachango”, canta “La Wi-Fi”

La Sociedad Cultural José Martí realiza donativo de libros
Nos encaminamos hacia el Anoncillo de Juan Varón, a cuya sombra descansó el cadáver de José Martí, cerca de las 12 del medio día del 25 de Mayo de 1895.

1 comentario:

  1. Gracias hermano, por esa hermosa crónica de la Ruta Martiana profunda, la de la verdadera Ruta funeraria de José Martí.....

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