1
La palabra Educación
mucho más que una palabra
es la luz del alma que labra
del cerebro el interior.
El que educa es formador
de talento y de conciencia
es el extracto, la esencia
de lo bello y lo tangible;
sin su aporte es imposible
el Progreso de la Ciencia.
2
Han sido, son y serán
los más importantes seres,
esos hombres y mujeres
bellos que en un aula están.
Ellos son los que nos dan
de la instrucción el matiz
los que abonan la raíz
para que el juicio se apoye
y luego se desarrolle
la humana sustancia gris.
3
Además de la grandeza
de científicas acciones
también en sus corazones
se acumula la pureza.
Esa infinita nobleza
que no declina jamás
ese que ha sido capaz
de compartir su saber
cumple el sagrado deber
de enseñar a los demás.
4
El mundo se concatena.
En él es la Educación
el decisivo eslabón
que mueve la gran cadena.
Es la escuela la que entrena,
la que pule y motoriza,
la luz que materializa
y evalúa lo logrado,
porque sin su resultado
la ciencia se paraliza.
5
El Sol aporta una hoguera
que da vida, luz y brillo,
la Luna, de su costilla
suelta la nieve viajera.
La brisa hasta la palmera
lleva un sueño de bonanza,
el Mar, protege la alianza
con la Tierra que defiende
y el Maestro es quien enciende
el faro de la Esperanza.
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