viernes, 17 de abril de 2020

ÁNGELES DE AZUCENA


Por Rodolfo Antonio Hernández Formoso

(título tomado de la canción homónima, de Orlando Benítez Víctores)
Al sonar el cañonazo, todita Cuba ovaciona
a sus médicos y acciona
como dando un gran abrazo.
Del corazón un pedazo de cada cubano tienen,
porque son los que sostienen una lucha muy intensa,
en situación ya muy tensa, la de ahora y la que viene.
Sí, porque va a ser muy larga la lucha contra este virus
llamado coronavirus, al que enfrentamos en carga.
En una carga y descarga, al machete y con fusil,
que haremos en todo abril para el virus derrotar
para, al fin, poder triunfar, en situación nada baril.
Aunque aquí, por lo general, a médicos mencionamos,
los cubanos no olvidamos a todo ese gran personal,
que, en batalla colosal, por Cuba y por todo el mundo
ha dado un sí rotundo. Ha echado rodilla en tierra,
en medio de esta guerra, con sacrificio profundo.
Los técnicos y enfermeras nos hacen sentir orgullo.
El aplauso es como arrullo, por luchar como unas fieras.
Aquí adentro y allá afuera, se baten día por día,
en una actitud bravía. Herederos de Maceo.
Por eso en ellos creo, pues son como una acería.
Ángeles de azucena, como les llamó el poeta.
Nuestra vida estará quieta y tendrá muy poca pena.
Gracias a la gran faena que realizan cada día.
Verdadera hombradía. Hazañas cuales marianas.
Garantizando el mañana. Dándonos mucha alegría.

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