La Historia desgarra si la lees
completa. Es el testimonio que puede ser el de cualquiera, en cualquier parte
del mundo. Sentí humedecer mis ojos al escucharla en un mensaje de voz, casi
ahogada narrarme esto. Pero al final, la vida se impuso y Biagney Annunziatha
venció el CoVid-19.
Tiene 28años. Vive en Venezuela.
Es Contador Público y trabaja en la Gobernación del estado Carabobo en la
ciudad de Valencia, Venezuela. Toda su familia está en Milán, Italia. Al
momento de contarme su historia se hallaba fuera del país. En el mes de
noviembre viajó a los Estados Unidos donde vive una hermana, en Orlando Florida.
Su hermana había sufrido un grave accidente y Biagney viajó para estar con
ella.
Debía regresar en el mes de marzo
a Venezuela. Pero entonces cerraron los aeropuertos. Y ahí comenzó la
pesadilla. De su familia en Italia, 4 tíos y dos primos fallecieron debido al
CoVid-19. Pero en total fueron 40 contagiados, todos de su núcleo familiar.
“Han sido momentos muy duros y
tristes para nosotros. Yo me morí. Sin poder verlos, sin darles un sepelio
digno. Fueron momentos traumáticos. Mi papá se me enfermo de tristeza al ver
morir a sus hermanos. Yo me deprimí, estaba en una profunda tristeza. Aún lo
recuerdo y me parece mentira. Con las defensas bajas y el estado anímico es más
fácil contagiarse. Y a pesar de cuidarme, también contraje el Covid_19”,
recuerda.
“El 16 de abril comencé a sentir
dolor de cabeza, gargantas y una tos fastidiosa. Estoy en la Florida. La prueba
rápida sale en 3000$. El día 18 fui confirmada positivo. El día 19 de abril, ya
en la clínica, me sentí morir. Me dieron muchas pastillas, muchos medicamentos
muy fuertes antes de comenzar el interferón. Me dio vómitos, mareos, tos, me
faltó el aire. No podía respirar. Y recuerdo que me desmayé. No pude
sostenerme. Y caí. Cuando reaccioné me contaron lo que había sucedido. Y
resultó que habían pasado 8 días y estuve en peligro de muerte con neumonía, en
cuidados intensivos, y con respiración asistida. Entubada. Me impactó mucho
cuando supe todo lo que había pasado. Lloré desconsolada”.
Su familia siempre estuvo a su
lado. Ellos estaban asintomáticos. Pero igual se hicieron las pruebas y
resultaron negativas. El tratamiento es por 20 días. Sus niveles de Proteína
Reactiva al igual que los gases arteriales estaban muy altos. Esos dos valores
son fundamentales, el PCR (Reacción en Cadena de la Polimerasa) determina el
nivel de infección que tiene el paciente.
“Mi familia se preocupó mucho. Y más
porque no podían verme, pero estaban seguros que yo vencería, ya que ellos
saben que soy sana. Soy deportista. Mantengo mi cuerpo ejercitado y siempre me
cuido”, asegura.
“Mi mensaje para los que están
contagiados, entre ellos mi familia, es que no perdamos la Fe. Mantener una
buena actitud, ayuda al enfermo a sanar, mente positiva y cumplir con las
indicaciones y medidas. Si sienten algún tipo de síntomas no dudar en acudir
rápido al médico para evitar complicaciones. Cabe destacar que acá la salud no
es gratuita. Todo el tratamiento salió en 34mil dólares.”
“Yo hoy agradezco a Dios, por
darme una nueva oportunidad de vida. Me vi morir los primeros días. Pero la
energía positiva de mi familia, de mis amigos y sus oraciones, ayudaron a
sanarme”, culmina.
Una historia trágica, donde la
fuerza de voluntad y la fe impusieron su mano para vencer a un enemigo que aún
no conocemos por completo. Contar historias en medio de la pandemia a veces nos
cuesta. Es como vender el alma esperando no tener que pasar por algo semejante.
Hoy Biagney está junto a su familia, feliz de vivir una segunda oportunidad en
este mundo.
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