martes, 25 de septiembre de 2018

Leyenda de un soñador que buscaba a Céspedes

Por Javier Labrada García
(Algunas fotografías fueron cortesía de Alfredo Ballesteros)
El pasado 22 de agosto llegaba hasta Tercer Frente un personaje de otras tierras, impulsado por un sueño. Asistir con solemnidad a rendir homenaje al precursor y Padre de la Patria Carlos Manuel de Céspedes, en el sitio exacto de aquella implacable persecución que le costó la vida. Esta fantasía onírica, acariciada durante años estaba a punto de hacerse realidad. Es el escritor holguinero Ronel González Sánchez.
Lo acompañan en su cruzada histórica, Alfredo Ballesteros y Dianet Espinosa Barbán, miembros de la Asociación Hermanos Saíz de Contramaestre. Con la premura del tiempo aceptó concederme esta entrevista.


JLG- ¿Cuáles son las motivaciones que lo impulsan a llegar hasta este rincón de Santiago de Cuba y, especialmente, hasta San Lorenzo?
RGS- Realmente es un sueño que tenía hace mucho tiempo. Un proyecto que habíamos fraguado con Eduard Encina, pero que lamentablemente él falleció y esto no pudo ser. Pero lo estamos cumpliendo ahora finalmente.
Como muchos cubanos también soy seguidor de la obra de José Martí y de Carlos Manuel de Céspedes. Conozco bastante de la obra de ambos, pero sobre todas las cosas me mueve hoy estar en el sitio donde Céspedes cayó en combate, en 1874 después de su deposición en Bijagual.
He escrito un libro de poesías titulado “Teoría del fulgor accesorio”, publicado por la Editorial Ácana de Camagüey. Ese libro ha seguido creciendo, tiene nuevos poemas y uno de esos es precisamente a la muerte de Céspedes. Era entonces un compromiso de honor venir a este sitio tan importante de la Patria.

Al momento de la entrevista
JLG- ¿Por qué José Martí y Céspedes en la obra literaria suya?
RGS- Me han movido mucho razones personales, relacionadas fundamentalmente con la obra de ambos, porque son los que iniciaron un gran proceso revolucionario independentista en Cuba desde el siglo XIX. Céspedes está en lo más alto de ese altar de la Patria, por haberse anticipado para muchos y por haber hecho lo que tenía que hacer en su momento.
En los últimos tiempos terminé de leer una novela de Evelio Traba, “El camino de la desobediencia”, publicado por la Editorial Boloña. He leído muchas veces el Diario Perdido, no solo la primera edición sino también la última que se hizo ya ampliada, de Eusebio Leal. Conosco las investigaciones de Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo acerca de la obra de Céspedes.
Decía que razones muy personales, porque se dicen muchas cosas de Céspedes, pero a veces olvidamos que también era un poeta. Yo también lo soy. Y las Revoluciones empezaron con poetas: estaba al lado de Pedro Figueredo, y en cierta forma de Juan Clemente Zenea. O de José Fornaris, que después traicionó pero también fue un poeta importante del siglo XIX.
Es toda una historia entre el Romanticismo y el Modernismo del siglo XIX, pero que tiene que ver con la independencia de Cuba, y que me ha movido, en lo personal, hacia Céspedes y otros personajes importantes de nuestra cultura.

JLG- Hábleme sobre su trayectoria y futuros proyectos dentro del mundo de las letras.
RGS- Bueno, el primero es concluir ese nuevo libro titulado “Nada es real, salvo la noche”. Este título tiene que ver sobre todo con las dos Patrias martianas: “Dos Patrias tengo yo, Cuba y la noche”, como decía José Martí.
Después tengo algunos proyectos empezados de literatura para niños. Tengo un libro aprobado para publicarse en la próxima Feria del Libro, titulado “El mundo que no se ve”, de poesía infantil. Este va a salir por Ediciones Holguín.
En la Emisora Triple M de Tercer Frente
Tengo otro en Camagüey de poesía infantil, pero que tiene que ver más con el pueblo venezolano. Yo formé parte de la Misión Cultura Corazón Adentro en el Estado de Portuguesa, y de allá nació un libro de poesía para niños, utilizando la terminología de ese pueblo, su folclore y cultura en general.
JLG- ¿Qué fruto puede brotar de este recorrido que usted realiza hasta San Lorenzo?
RGS- Bueno, yo no he estado y ya han brotado algunos poemas. Siempre quise ir a leer a ese sitio, al menos los tres poemas que sobre él he escrito hasta ahora. Pero en realidad no se que pueda surgir de este viaje. He soñado tanto con este momento y hay tantas emociones que puedan surgir, que no se.
Yo publiqué un artículo extenso en el sitio web de la UNEAC (Unión de Escritores y Artistas de Cuba) acerca de los amores de Céspedes, que tiene que ver con la Panchita y los últimos días del Padre de la Patria allí en San Lorenzo.

En San Lorenzo
Pero esta vez voy a poder ver de cerca ese sitio y experimentar un poco, quizás en la distancia, lo que él pudo haber experimentado en aquellos días del siglo XIX. O sea, pueden surgir muchas cosas.
La grabadora le apunta. Enciende su celular y busca uno de sus poemas para compartirlo. Se titula “Vindicación del Padraso”. Tiene una cita del Diario Perdido, del 12 de Enero de 1874, un poco más de un mes antes de su muerte.
En cuanto a mi,
soy una sombra que vaga
pesarosa en las tinieblas.
Para mi, ni un día de sol.
Ante el frívolo barranco que embiste, casi indefenso.
El mártir de San Lorenzo entra al honor por un flanco.
Lo transmutó el odio en blanco de intrigas y proyectiles,
cuando los correveidiles del rencor que desampara,
no calcularon que Yara menosprecia a los serviles.

En la escéptica maraña de la fronda que se implica,
Donde lo fastuoso abdica y lo sensitivo daña.
Es un altar la montaña para el solemne ejercicio
del irreverente juicio, y en su coto nada pulcro
un proyecto de sepulcro silvestre para el Patricio.

Cada vez que la rotunda noche engaña al centinela
Hay una campana en vela y un jagüey que la secunda.
No habrá hondonada profunda que le restaure la piel;
pero si con voz infiel murmura turbado el viento,
desde el plácido aposento, va al monte Carlos Manuel.


Así se despide un soñador rumbo al Obelisco del precursor de la independencia cubana. Por la ruta de la historia traza sus próximas rimas, allí, donde el sol corona el monumento en bronce del Padre de la Patria.

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