lunes, 15 de abril de 2019

El Bicho de los Baños

Por Javier Labrada García
Cuenta Jesús Segura Hidalgo, Premio Memoria Viva del municipio Tercer Frente, muchas historias de aparecidos y leyendas populares, que nunca oídos atentos habían escuchado. La rara magia de los campos de esta zona, alimentada por las creencias de los llamados “viejos de antes”, vienen a atizar la imaginación y la fantasía del guajiro. Así nos narra la historia del “Bicho de los Baños”.

Cuentan que esta criatura era como un animal que salía por toda la cordillera montañosa de la zona de “La mandarina”, hasta llegar a Cruce de los Baños, haciendo sonidos que asustaban a la gente. Algunos lo veían y quedaban como se dice “privados” del habla, no podía hablar. Cuentan que un jamaiquino quiso matarlo con una escopeta, y cuando le apuntó apertrechado detrás de un árbol, el arma no disparó. Después que el animal pasó fue que disparó la escopeta.
Sucede que Rosendo Guerra, un campesino, señor de edad ya avanzada, era poeta y escribía con el lenguaje propio del guajiro. Y él contaba lo siguiente:
Más nunca vuelvo a Los Baños, les diré por qué virtud,
Porque anda un bicho pelú dondequiera haciendo daño.
No es muy grande de tamaño, pero de miedo acoquina.
La humanidad se persigna. Todos pidiéndole a Dios
porque dicen que el día 2 pasó por La Mandarina.
Ese bicho en casa de Augusto, ha estrenado su bocina,
Y un señor en la cocina por poco muere del susto.
Yo si no invento susto como anda ese bicho este año.
No es muy grande de tamaño. Tiene pelos como un león.
Y por esa misma razón más nunca vuelvo a Los Baños.
Ya de noche en esa zona no se escuchan ni los gatos,
porque ese bicho en un rato devora a cualquier persona.
Unos dicen que esa mona está en la loma e Melilla,
Otros dicen que camina y no marca ni los gestos.
El caso es que mete miedo el bicho e La Mandarina.

3 comentarios:

  1. únca habia escuchado hablar de esa leyenda, novedoso y ya son unos cuantos años aquí.

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  2. Pues si, jajajajaj, siempre surgen leyendas por doquier, es la magia de nuestros campos, la sabiduría de nuestros antepasados...

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