viernes, 26 de abril de 2019

La Banda de Reina Batista

Por Javier Labrada García
Hay quienes no precisan de una luz o una simple chispa para brillar en la vida. No hay modelos ni moldes perpetuos para colosales obras. Solo el talento del artista hace brotar lo mejor, palpar lo grandioso en la fascinación incierta de lo visible.
A “grandes rasgos”, sin pecar de exagerado, conocimos a este personaje. Nos contó una amiga que era fiel oyente de nuestra frecuencia comunitaria, y fue, en uno de esos incontables encuentros con nuestro “Club de amigos”, que nos confesó sus “pecados”. O parte de ellos, porque como bien asegura, sigue marcando páginas. Ella es Reina Batista Segura.

Procedente de una familia campesina, siempre había sentido la vocación del magisterio y la enseñanza. Fue en la década del 70 del pasado siglo, donde se forma como Maestro Emergente. A la edad de 15 años comenzó a trabajar como maestra primaria en la Escuela Esteban Caballero de la zona de “La Posa”, en Matías, y más tarde en Vega de Limones, por una necesidad que tenía un centro de enseñanza de este lugar.
Luego la trasladan para la Escuela Nelson Corría de Matías, y fue fundadora del Centro José Martí, en ese mismo poblado, donde trabajó 19 años como Directora. Aquí nació la idea de formar “las bandas”, y Reina fue la primera en pensar en ello. Desde su puesto de Directora, y sin ser promotora cultural unió el esfuerzo de padres y docentes a su propio empeño, y los resultados brotaron. Reina se transformó en la Instructora de la Banda y cuenta que todos los años alcanzaban los primeros lugares.
En aquellos primeros años nos cuenta Reina que un maestro ganaba 18 pesos mensuales, debían elaborar sus propios planes de estudios, buscar iniciativas para enseñar a los estudiantes, y aun así ejercían la profesión con amor y obtenían los resultados que se querían. A ella le surgió la idea de crear la Banda como parte de la formación vocacional de los propios estudiantes.
Mailén Vázquez entrevista a Reina Batista
De la Escuela José Martí viene a trabajar para la Dirección Municipal de Educación como Metodóloga de la Enseñanza Primaria.  Hoy, con 61 años, siente la satisfacción de haber transitado por todas las enseñanzas y de haber sido la primera en organizar una banda en este municipio.
39 años ha dedicado Reina Batista a esta labor de enseñar. “Y me jubilé, no porque quise, ni porque tenía la edad, sino por enfermedad, porque como dijo el ortopédico, los neumáticos no quisieron acompañarme”, comenta. Se jubila por un lipoma que le salió en las piernas, pero todavía se le puede ver dispuesta a ofrecer la ayuda que haga falta, a repasar a algún muchacho, o lo que los centros educativos le pidan.
Su mensaje para las nuevas generaciones es que tengan siempre presente que se logran resultados cuando se hace con amor, con interés, cuando se presta atención directamente a los estudiantes que la necesitan, no trabajar por trabajar, porque el maestro debe buscar resultados en su propio trabajo.
Hoy, al ver a sus antiguos alumnos ser profesionales, siente mucho orgullo por lo que fue, por lo que hizo y por lo que pudo seguir haciendo. “Estoy segura, porque lo he probado, que voy a un aula y todavía puedo hacer algo”, concluye.

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